En República Dominicana, Santo Domingo, se desarrolló la Operación Discovery 3.0, un operativo conjunto entre la Procuraduría General de la República, la Policía Nacional y el Buró Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos. La acción simultánea en ambos países permitió desarticular una red internacional vinculada a ciberfraude, sustracción de datos personales, suplantación de identidad y blanqueo de capitales.
Las diligencias incluyeron allanamientos en diferentes ciudades de República Dominicana y Estados Unidos. Los procedimientos fueron planificados para ejecutarse de forma paralela, lo que facilitó la captura de los principales miembros de la estructura investigada.
Como resultado, nueve personas fueron detenidas, de las cuales cuatro están solicitadas en extradición por las autoridades estadounidenses para responder ante la justicia por los cargos presentados en su contra.
Fuentes oficiales indicaron que esta es la tercera fase de una estrategia coordinada destinada a neutralizar organizaciones que emplean plataformas digitales para cometer fraudes y transferir fondos ilícitos mediante complejas redes financieras internacionales.
De acuerdo con las investigaciones, los implicados habrían utilizado identidades falsas y métodos de encriptación avanzados con el objetivo de evitar la detección por parte de las autoridades.
En territorio dominicano, las intervenciones se realizaron con el apoyo táctico de unidades especializadas en delitos tecnológicos. Durante los operativos se aseguraron equipos electrónicos, dispositivos móviles, documentos y registros financieros que serán utilizados como evidencia en los procesos judiciales.
En Estados Unidos, agentes del FBI ejecutaron acciones en paralelo, logrando incautar material y cuentas relacionadas con las operaciones ilícitas. Estas evidencias se sumarán a las recopiladas en República Dominicana para fortalecer los casos presentados por el Ministerio Público.
Las autoridades destacaron que la cooperación internacional amplía el alcance de las investigaciones, ya que las actividades de esta red se extendían a varios países y plataformas digitales, afectando a cientos de personas, cuya identificación aún continúa.
Los arrestados permanecerán bajo custodia mientras se desarrollan los trámites judiciales y los procesos de extradición. Las investigaciones seguirán abiertas con el objetivo de identificar a otros posibles integrantes y ramificaciones de esta estructura.