Una familia dominicana residente en Reading, Pensilvania, se encuentra en medio de un complejo suceso que ha causado consternación en la comunidad local. Entre las personas que dejaron de existir figura Geraldina Peguero-Mancebo, mientras que las autoridades han señalado a José Rodríguez como principal sospechoso y responsable directo de lo acontecido, según las primeras informaciones oficiales.
Versiones cercanas a la familia indican que Peguero-Mancebo y Rodríguez habrían iniciado una relación personal luego de conocerse en un almacén de la empresa Amazon, donde ambos desempeñaban funciones. Esta relación, según las fuentes, estuvo marcada por diversos malentendidos y tensiones que, con el tiempo, derivaron en circunstancias que ahora forman parte de la investigación policial en curso.
Los testimonios recogidos señalan que Geraldina y Junior Cabreras habrían hecho creer a Rodríguez que mantenían un vínculo de primos, lo que presuntamente generó confusión en torno a la paternidad de un menor. El sospechoso, de acuerdo con estas versiones, pensaba que el niño era hijo suyo, lo cual habría intensificado la complejidad de la convivencia entre los involucrados en este caso.
De igual forma, las fuentes apuntan a que el nivel de cercanía entre las partes llegó a tal grado que Cabreras utilizaba con regularidad el vehículo de Rodríguez y compartía junto a él y Geraldina espacios en la misma vivienda. Estas dinámicas familiares y personales habrían profundizado la tensión en un entorno ya marcado por dudas, lo que hoy forma parte del análisis de los investigadores.
No obstante, ninguno de estos detalles ha sido confirmado de manera oficial por la policía de Pensilvania. La institución ha mantenido cautela y hasta el momento se limita a desarrollar las indagatorias necesarias para esclarecer los hechos. El hermetismo de las autoridades refleja la sensibilidad del caso y la necesidad de contar con pruebas verificables antes de emitir declaraciones concluyentes.
De acuerdo con la información confirmada hasta ahora, el caso ha dejado un saldo de tres personas que ya no viven y un detenido. La comunidad dominicana en Reading ha manifestado un profundo dolor, manteniéndose a la espera de que el proceso judicial avance y permita determinar responsabilidades de manera definitiva, garantizando así que la justicia siga su curso.
Mientras tanto, la información que circula entre allegados y vecinos continúa manejándose con prudencia, ya que no forma parte del expediente oficial. La población de origen dominicano en la ciudad ha expresado solidaridad hacia los familiares de las víctimas, organizando vigilias y acompañamiento constante, a la espera de nuevas actualizaciones provenientes de las instituciones competentes.

