En el sector El Millón del Distrito Nacional, un hombre de 79 años realizó una acción violenta el domingo pasado en la que perdieron el aliento su esposa y la madre de esta, para luego provocar su pérdida. De acuerdo con los informes, la persona identificada como Nelson Féliz Miranda Hermida, autor de este reciente horrendo hecho, ya había estado involucrada en la pérdida de una persona en el año 1978, sin que enfrentara consecuencias legales por ese suceso anterior.
Según los datos divulgados por la fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, Nelson Féliz Miranda Hermida, en horas de la mañana, perjudicó físicamente a su esposa Mayra Martínez Romero, de 65 años, y a la madre de ella, Doris Romero, de 86 años. El hecho se atribuyó a motivos personales vinculados con diferencias sentimentales.
Documentos de la época muestran que en 1978 Miranda Hermida había estado implicado en otro incidente de características similares. En ese entonces, la persona afectada fue su compañera sentimental, Ana Abreu Argelia, con quien mantenía cuatro años de matrimonio. Según una publicación del periódico La Noticia, le provocó la pérdida mediante el uso de un objeto de fuego.
Nelson Féliz Miranda Hermida era primo de Mario Emilio Peguero Hermida, quien en aquel momento se desempeñaba como jefe de la Policía Nacional. El registro periodístico indicaba que el suceso de 1978 ocurrió en la vivienda de una prima del autor de la violencia, situada en la calle Juan Sánchez Ramírez, en el sector Gascue del Distrito Nacional.
Antonio Abreu, hermano de Ana, explicó al medio que su pariente residía temporalmente con sus padres en Villas Agrícolas, ya que Nelson no había proporcionado un hogar estable a su esposa y convivían en la residencia del padre de él. Añadió que el día del suceso, también un domingo, Nelson se presentó en la casa familiar con la intención de llevar a Ana a otro lugar. Horas más tarde, ella fue hallada sin existencia.
Los familiares de Ana afirmaron en ese momento que el hecho había sido planificado y solicitaron que se hiciera justicia. Sin embargo, el autor de la violencia no fue sometido al sistema judicial, lo que generó entre la población la percepción de que su vínculo con autoridades policiales y militares pudo haber influido en la ausencia de consecuencias legales.
