En una ceremonia llena de emotividad fue bautizado este sábado el pequeño Thiago, hijo de Nelfissis Sánchez y del exjugador de béisbol Tony Blanco, quienes dejaron de vivir tras el colapso de la discoteca Jet Set, ocurrido hace siete meses. El acto tuvo lugar durante la misa conmemorativa del séptimo mes del suceso, encabezada por el padre Rogelio en la zona cero, donde familiares, amigos y allegados se congregaron para rendir homenaje a las víctimas y acompañar al niño que quedó sin sus padres tras la fatalidad.
Los asistentes describieron el momento como un símbolo de esperanza, fe y nuevo comienzo en medio del profundo dolor que todavía afecta a los familiares de las más de 230 personas que perdieron la existencia y de los cientos de perjudicados que resultaron afectados por el derrumbe ocurrido el pasado 8 de abril. La ceremonia fue marcada por oraciones, abrazos y mensajes de consuelo hacia los deudos y el pequeño Thiago.
Durante el encuentro, la abuela del niño, Juanita Brea, aprovechó la ocasión para pedir justicia por las pérdidas humanas registradas en la tragedia. Expresó que no descansarán hasta que los responsables sean llevados ante los tribunales, subrayando que las familias continúan unidas en su propósito de lograr que se asuman las consecuencias legales correspondientes por el colapso de la estructura.
El padre Rogelio, quien encabezó la misa, afirmó que cada día 8 se realizarán actos de oración y recordación en el lugar del suceso, como una forma de mantener viva la memoria de quienes dejaron de existir y de exigir que el proceso judicial avance hasta sus últimas consecuencias. Sus palabras fueron recibidas con aplausos y muestras de apoyo por parte de los presentes.
Se recuerda que el Ministerio Público presentó recientemente la acusación formal y la solicitud de apertura a juicio contra los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, señalados como presuntos responsables del colapso del techo de la discoteca Jet Set Club, ocurrido el 8 de abril de 2025. Este lamentable suceso provocó la pérdida de 236 personas y dejó a más de un centenar de ciudadanos afectados. Las autoridades mantienen abierto el proceso judicial para determinar las responsabilidades y garantizar justicia para las víctimas y sus familias.