Dominicana retorna a su país tras casi tres décadas fuera

María volvió a República Dominicana después de veintisiete años fuera, motivada por el deseo de reencontrarse con su familia y recuperar espacios cargados de significado emocional.

Un regreso lleno de sentimientos acumulados
María retornó tras décadas lejos debido a la falta de documentos, situación que mantuvo pausados momentos familiares que siempre soñó experimentar junto a los suyos.

Su llegada incluyó un abrazo intenso con su hermano, gesto que condensó años de distancia, emociones contenidas y la carga de una separación prolongada por circunstancias migratorias.

Al reencontrarse con el paisaje que marcó su infancia, expresó que deseaba visitar el lugar donde reposan los restos de su madre, quien partió mientras buscaba regularizarse.

Recordó haber imaginado regresar para sentarse en la mesa familiar durante diciembre, escuchar historias queridas y redescubrir la calma que asociaba con su hogar dominicano.

Sentimientos encontrados ante la nueva realidad
Milagros Cisneros compartió que volver le brinda alivio, aunque reconoce que la emoción viene acompañada de una sombra difícil de manejar tras tantos años lejos.

Explicó que ya no encontrará a su madre en la entrada del hogar, ni podrá compartir la cena navideña que soñó repetir desde su primer invierno lejos.

Según contó, cada diciembre en el extranjero la enfrentaba a un recordatorio silencioso de lo perdido mientras intentaba avanzar sin los permisos necesarios.

Afirmó que su retorno representa un cierre emocional necesario, pues anhelaba mirar de nuevo los espacios que guardan su historia y voces queridas.

Narró que en diversos momentos pensó que nunca lograría reencontrarse con su familia debido a la falta de documentación que limitaba su movilidad.

Destacó que la distancia prolongada afectó su estabilidad personal y la relación cotidiana con sus seres queridos, quienes crecieron y cambiaron sin su presencia.

Reencuentro familiar y nuevas metas personales
El reencuentro fortaleció vínculos que permanecían latentes, especialmente al recibir un abrazo de su hermano que parecía sostener todos los años de espera.

Cisneros expresó que ese instante reafirmó que su identidad permanecía enraizada en el país, sin importar el tiempo transcurrido lejos de su comunidad.

Comentó que uno de sus primeros objetivos es visitar la tumba de su madre, llevarle flores y expresar el amor que no pudo entregarle físicamente.

Compartió que por mucho tiempo sintió frustración por no acompañarla en momentos clave, por lo que busca convertir ese sentimiento en una despedida serena.

Aseguró que su regreso también responde al deseo de reconectar con su cultura, reencontrar amistades antiguas y abrazar rutinas profundamente significativas.

Señaló que, pese a la nostalgia, intenta enfocarse en la gratitud de estar nuevamente rodeada de afectos que antes solo mantenía mediante llamadas.

Un viaje que abre nuevas posibilidades
María planea quedarse varios días para recorrer su comunidad, visitar parientes y reconstruir vínculos que quedaron suspendidos por casi tres décadas.

La familia confirmó que continúan las visitas de reconciliación, mientras Milagros Cisneros evalúa futuros trámites destinados a mantener actualizada su situación migratoria.

Retorno después de veintisiete años fuera.
Reencuentro emotivo con su hermano.
Deseo de visitar el lugar donde reposan los restos maternos.
Reconexión con la cultura y espacios de infancia.
Planes para regularizar futuros viajes.

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